Investigadores españoles han identificado una zona en una chaperona que le permite unirse a diversas proteínas y cambiar con ello su forma y su función. Según se van sintetizando las proteínas en los ribosomas, éstas tienen que ir tomando la forma adecuada para poder ejercer su función. Aunque las características físico-químicas de los aminoácidos que las forman determinan en gran parte la forma que adquieren, hay muchas proteínas que necesitan ayuda extra de parte de un grupo de proteínas conocidas como chaperonas. Para comprender mejor cómo funcionan estas proteínas, en su laboratorio del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC (CNB), el grupo dirigido por José María Valpuesta ha utilizado la microscopía electrónica. Gracias a esta técnica han podido determinar por primera vez la estructura de un complejo formado por la chaperona DnaJ y su sustrato, lo que les ha permitido observar cómo la chaperona cambia la estructura del sustrato y con ello su función. En colaboración con la