Hace un año hablé sobre el descubrimiento del virus más grande de todos. Es tan grande que supera en tamaño a muchas bacterias intracelulares, tales como, los mycoplasmas, las clamidias, entre otros. Y no sólo eso, su genoma tiene más de 1.200.000 pares de bases el cual codifica alrededor de 1200 genes. Lo enigmático de este y otros virus de su tipo es que posee genes que no deberían estar ahí ya que corresponden a organismos más complejos como las bacterias, las arqueas y los eucariotas. ¿A qué se debe esto? Para averiguarlo, no dejes de leer: “El misterio de los virus gigantes”, mi tercera colaboración para Naukas.
Se cree que los procariotas aparecieron en el planeta hace unos 3,500 millones de años, mientras que los eucariotas lo hicieron hace unos 2,000 millones de años. Pero, si los procariotas llevan una ventaja de 1,500 millones de años a los eucariotas, ¿por qué ellos no son los organismos más complejos? La respuesta son las mitocondrias [Les recomiendo leer este artículo publicado en el blog]. Todos conocemos a las mitocondrias, si no las recuerdan, aquí se las presento. Tal vez la imagen que tenemos de ellas es que se encuentran diseminadas por toda la célula, aisladas unas de otras o, a lo mucho, reuniéndose en pequeños grupos. Sin embargo, esto no es así. En realidad, las mitocondrias son unos organelos muy dinámicos, que se encuentran fusionándose y dividiéndose constantemente, pero hasta ahora no se sabe a ciencia cierta que rol cumple este proceso. Axel Kowald de la Universidad Humboldt de Berlín y Tom B. L. Kirkwood de la Universidad de Newcastle han desarrollado una teoría
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