Alguna vez se han preguntado ¿por qué es más frecuente la gripe en invierno pero más fuerte en verano? Un grupo de científicos del NIH dieron con la respuesta a esta interrogante. Muchos conocen la estructura de los virus, la cual es muy sencilla: el ADN o ARN (dependiento si es un virus o retrovirus) rodeado por una cápside de proteína y cubierto por una capa lipoproteica. Pero lo que no se sabía hasta ahora es que la envoltura elástica del virus de la gripe, a temperaturas bajas, se endurece, dando así una gran protección al virus cuando pasa de una persona a otra. A temperaturas altas, como ahora en el verano, este gel protector se derrite pasando a una fase líquida, la cual no puede protege al virus de la desecación y de las condiciones ambientales, debilitándolo y haciéndole perder su virulencia. Los investigadores del NIH realizaron sus experimentos con cuyes, los cuales se enfermaron de gripe con mayor frecuencia a bajas temperaturas. Además se valieron de técnicas so